Niños neofóbicos: ¿Tu niño es melindroso para comer?
¿Tu pequeño quiere pasta para cenar todos los días? ¿O se niega a comer cualquier cosa verde? La etapa de la niñez en la que se aprende a caminar puede ser difícil en lo que respecta al establecimiento de hábitos alimenticios saludables para tu niño.
Muchos niños en edad de aprender a caminar son “neofóbicos”, en otras palabras, les temen a los alimentos nuevos y prefieren consumir alimentos a los que están acostumbrados.
Pregunta 1 de 4: ¿Mito o verdad? Al decir “no” cuando mamá o papá les dicen qué comer, los niños expresan su independencia.
¡Verdad!
Al negarse a comer lo que mamá o papá quiere, los niños simplemente demuestran que tienen sus propias ideas y opiniones. Es un paso normal del desarrollo en el proceso de volverse independientes. Quizá solo necesiten inspeccionar un alimento varias veces antes de consumirlo. Algunos expertos dicen que, en algunos casos, podría ser necesario ofrecer un alimento hasta 8 veces antes de que el niño decida consumirlo.
No hay necesidad de presionar
Recuerda que no debes presionar a tu niño pequeño para que coma. Solamente continúa ofreciéndole una variedad saludable de alimentos para cada comida o tentempié. Es posible que pronto se acostumbre a los alimentos saludables que consume el resto de la familia y que los acepte.
Pregunta 2 de 4: ¿Mito o verdad? El hecho de que tu niño sea melindroso para comer hoy significa que también lo será mañana.
¡Verdad!
A pesar de que algunos niños siguen siendo melindrosos durante años, es posible que esta conducta de tu niño sea solo una fase. Hay muchas cosas que puedes hacer para superar esta fase en la que tu niño podría parecer muy determinado en cuanto a sus preferencias alimenticias.
Marca el tono; sé paciente y dale un poco de control. Muchos padres han estado en la misma situación y se dieron cuenta de que era solo una fase.
La paciencia es la clave
Si tu niño pequeño rechaza un alimento, quizá sea solamente porque no lo reconoce. Los niños son “neofóbicos”, lo que significa que le temen a cualquier cosa nueva y prefieren los alimentos a los que están acostumbrados. En lugar de renunciar a un alimento rechazado, trata de prepararlo de una manera diferente y ofréceselo nuevamente.
Pregunta 3 de 4: ¿Mito o verdad? Debes fijar un límite de tiempo para tu niño en la mesa.
¡Mito!
Dale a tu niño melindroso tiempo para masticar, tragar e incluso jugar un poco con un nuevo alimento. Jugar con los alimentos es una manera de conocerlos, lo que le ayuda a tu niño a alimentarse por sí solo. Apurarlo hace que el proceso de comer sea menos divertido y provoca estrés. ¡Para los dos!
Pregunta 4 de 4: ¿Mito o verdad? Permitir que tu niño melindroso para comer elija una fruta o verdura en el supermercado puede tener resultados fantásticos.
¡Verdad!
Trata de permitir que tu niño pequeño elija una fruta o verdura en el supermercado, y luego deja que te ayude a prepararla. Es más probable que los niños prueben alimentos que han ayudado a preparar, especialmente los niños que están luchando por hacer valer su independencia.
Medidas que puedes tomar para frenar la conducta melindrosa
Hay dos factores que podrían contribuir a que tu niño sea melindroso para comer: su ambiente y, obviamente, su comida. ¡Hay muchas cosas que puedes hacer! He aquí algunos consejos que pueden implementarse de inmediato para ayudar a frenar la conducta melindrosa de tu niño:
- Marca el tono
- Para crear un ambiente tranquilo durante las comidas, apaga la televisión.
- Ofrécele una charola poco complicada limitando la cantidad de tazones, cucharas y tazas. Tener demasiadas cosas a la vista puede resultar abrumador y podría perder su interés en comer.
- Usa objetos familiares en la mesa: ver el mismo babero, el mismo tazón y los mismos utensilios es reconfortante para tu niño pequeño.
- Siéntense en la mesa para comer en familia e incluyan a tu niño en la conversación.
- El apetito de tu niño varía de una comida a otra y de un día a otro. No te inquietes demasiado si no consume la cantidad que crees que necesita. Demuéstrale que respetas sus señales de hambre y de satisfacción.
- Evita presionar a tu niño para que coma. Tu papel es decidir qué alimentos ofrecerle y cuándo ofrecérselos, pero permite que tu niño decida si quiere comer y cuánto quiere comer.
- Incluye un alimento al que esté acostumbrado en cada comida y luego permite que decida si quiere probar los otros alimentos que se encuentran en su charola.
- No prepares una comida por separado: podría fomentar que continúe con este tipo de comportamiento a la hora de la comida.
- Sírvele porciones más pequeñas (de 1 a 2 cucharadas): las porciones más grandes podrían abrumarlo.
- Dale tiempo para masticar, tragar e incluso jugar un poco con un nuevo alimento. Jugar con los alimentos es una manera de conocerlos. Apurarlo hace que el proceso de comer sea menos divertido y provoca estrés.
- ¡Acepta el desorden! Hará que la experiencia de la alimentación sea más placentera tanto para ti como para tu bebé. Permítele explorar, aunque haga un desorden: los niños pequeños por lo general necesitan ver, tocar, oler y probar un alimento antes de consumirlo.
- Sé paciente. Si tu niño pequeño rechaza un alimento, quizá sea solamente porque no lo reconoce.
- No renuncies a un alimento rechazado; trata de prepararlo de una manera diferente y ofréceselo nuevamente.
- Sírvele una variedad de alimentos saludables, y dale un buen ejemplo consumiéndolos tú misma. Si un niño ve a su mamá, papá o hermanos consumiendo un alimento nutritivo, quizá esté más dispuesto a probarlo.
- No lo sobornes con dulces. Esto le enseña que algunos alimentos son deseables mientras que otros no lo son.
- Sé realista. Es posible que a tu niño nunca le encanten las coles de Bruselas. Pero puedes ayudarle a disfrutar del placer de probar nuevos alimentos cuando estén sentados a la mesa.
¿Sabías que...?
No presiones a tu niño pequeño para que coma, pero tampoco te des por vencida si se niega a comer sus verduras. En ocasiones, los niños tienen que probar un alimento nuevo hasta 8 veces antes de disfrutarlo. Recuerda que bien valdrá la pena a largo plazo.
Ofrécele a tu niño una variedad de alimentos, de este modo, aumentarás las probabilidades de que consuma alimentos que no había probado antes.
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