La batalla contra la culpa parental y otras emociones destructivas
Descubre qué es la parentalidad culpable, las causas y estrategias para afrontarla siendo mamá o papá primerizos.
Si hay algo que todas las mamás del mundo tienen en común, es el montón de emociones que vienen con ser padres. Y sí, la culpa es una de las grandes protagonistas. ¡Pero hoy vamos a romper ese silencio y hablar abiertamente sobre la vergüenza parental!
¿Qué es la vergüenza parental?
¿Estoy haciendo lo suficiente? ¿Estoy haciendo las cosas bien? Sin importar dónde vives o cuáles hayan sido tus antecedentes, es muy probable que hasta cierto punto te hayas sentido así sobre tu viaje en la crianza. Mientras algún nivel de culpa sobre ser padre o madre es normal -y probablemente inevitable- se convierte en un problema cuando interviene en tu diario vivir. Por ejemplo, cuando estás teniendo problemas para tomar decisiones o estás analizando aquellas que ya hiciste.
A lo mejor estás siendo muy dura contigo sobre regresar a trabajar después de tu licencia de maternidad, aunque esto sea necesario para sustentar las finanzas de tu familia y tu bienestar mental. O cancelas una noche de cita porque estás teniendo dudas sobre dejar a tu pequeño. Si esto te suena familiar, entonces puede que necesites un poco de ayuda para manejar la culpa parental.
¿Cuáles son las causas de la parentalidad culpable?
La culpa de los padres puede venir de una mezcla de presiones internas y externas. A veces, nos ponemos expectativas muy altas basadas en nuestras propias experiencias de infancia. ¿Queremos corregir errores del pasado, como no darles a nuestros hijos comida chatarra como la que comíamos nosotros? ¿O tal vez idealizamos tanto nuestra propia infancia que no podemos vivir sin esas memorias? Y qué tal si no estamos disfrutando tanto la maternidad como pensábamos, pero nos sentimos mal admitiéndolo.
A veces, esas ideas poco realistas de cómo deberíamos sentirnos como padres o cómo deberíamos hacer las cosas vienen de fuentes externas, como amigos, familiares o las redes sociales.
Es difícil no comparar nuestras vidas con las de otros padres que parecen tenerlo todo bajo control, cuando en realidad solo vemos las fotos sonrientes de sus familias en excursiones perfectamente planeadas, divertidas pero educativas. Claro, no van a publicar la rabieta que tuvieron 20 minutos antes de subir al carro.
¿Cómo nos afecta la culpa parental?
Enfrentar la culpa en la crianza es todo un reto, porque muchas veces nos da vergüenza admitir nuestros sentimientos y enfrentar el problema de frente. Nos da pena sentirnos celosos, inseguros o preferimos poner una buena cara cuando nos preguntan cómo estamos.
Pero si no la controlamos, esa culpa de los padres puede llevar a altos niveles de ansiedad, que a su vez pueden ser síntomas de depresión. Las mamás que sufren de melancolía, o una depresión posparto más grave, también pueden sentirse culpables por no estar disfrutando plenamente de la maternidad, creando así un círculo vicioso.
Cómo afrontar la culpa
En todo el mundo, hay una enorme presión para que los padres, especialmente las mamás, sean perfectos, sobre todo en las culturas donde asumen la mayor responsabilidad en la crianza. Pero recuerda esto: no existe la madre perfecta. ¿Cómo va a existir si ahora sabes que los demás también se sienten culpables y se preocupan por no hacer lo suficiente?
Si sientes que no eres una buena madre, tranquila, es completamente normal tener ese sentimiento. Mira estos cinco pensamientos comunes de culpa en la crianza y qué puedes hacer para superarlos.
- No sientes un vínculo con tu bebé: No te preocupes, es normal que tome tiempo desarrollar un apego emocional con tu bebé. No te sientas culpable ni ansiosa al respecto, porque con el tiempo ese vínculo se irá fortaleciendo. Disfruta del contacto piel con piel y masajea a tu bebé. Cantarle y arrullarlo lentamente también puede ayudar.
- Sientes presión para dar pecho: ¡Ay, la lactancia! Puede generar mucha culpa, ya sea por no poder amamantar, por darle fórmula o por dejar de lactar. Pero lo más importante es que tú seas una mamá feliz y que tu bebé esté bien alimentado. Elige la opción que sea más conveniente para ti. La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses, pero si no es posible, el bebé puede obtener todos los nutrimentos necesarios de una fórmula recomendada por un profesional de la salud.
- Te sientes culpable por ser una mamá que trabaja: ¡Ah, el eterno desafío de equilibrar el trabajo y la vida familiar! Es normal sentir culpa al respecto. Cuando busques opciones de guardería, confía en tu instinto de mamá y elige la que creas que es la mejor para ti y tu bebé. Comparte las tareas del hogar con tu pareja y pide ayuda a tu familia y amigos. Así, cuando llegues a casa después del trabajo, podrás disfrutar de momentos de calidad con tu bebé en lugar de correr por la casa como una supermamá estresada.
- Autocuidado para mamás primerizas: Aquí va un secreto: está bien si a veces piensas "¡necesito un descanso de ser mamá!" Tómate un tiempo para ti misma. No eres egoísta si en ocasiones te priorizas a ti misma por encima del bebé. Haz ejercicio, pasa tiempo con amigos y dedica momentos especiales solo para ti y tu pareja. Si te sientes descansada y menos estresada, estarás más feliz y llena de energía. ¡Estarás lista para todo!
- De nuevo, el mito de la mamá perfecta: Dejaremos esto claro de una vez: ¡la mamá perfecta no existe! Puedes hacer planes durante el embarazo sobre cómo será ser mamá y tener a tu bebé en brazos, pero la realidad siempre supera las expectativas. Nunca estarás completamente preparada. Cada mamá tiene sus propias batallas, así que no te sientas culpable por no cumplir con tus propias expectativas. Olvídate de la idea de la familia perfecta que vemos en las redes sociales y te sentirás mucho mejor.
Ser mamá es un viaje lleno de emociones y desafíos. No estás sola en tus sentimientos de culpa y preocupación. Acepta tus imperfecciones y busca apoyo cuando lo necesites. ¡Eres una mamá increíble!
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