35 semanas de embarazo
En alrededor de un mes, podrás tener a tu pequeño ángel en tus brazos. Hasta entonces, todavía van a ocurrir muchas cosas emocionantes en tu interior. Lee más sobre esta semana.
¡Llevas 35 semanas de embarazo y los pulmones de tu bebé ya están listos, ¡y no solo para el primer llanto después de nacer!
La sustancia que recubre la superficie interna de los extremos de sus alvéolos bronquiales está presente en cantidades suficientes para asegurar su flexibilidad y prevenir su colapso. Los intercambios entre tú y tu placenta continúan. Eso es lo que mantiene el volumen de líquido amniótico, contenido en lo que se denomina el saco amniótico.
Cuando tu bebé esté a punto de llegar al mundo, se romperá ("romperás aguas"). Es la señal para que acudas al hospital.
Conoce los cambios de tu cuerpo
Alrededor de las 35 semanas de embarazo, de un día para otro, respiras mejor y la digestión ha mejorado. ¿Qué está pasando? Muy sencillo: tu bebé está haciendo lo que tiene que hacer: ya ha colocado la cabeza hacia abajo en tu pelvis. Este cambio puede provocar calambres vaginales debido a la presión que ejerce el bebé sobre la pelvis, aunque no es sino un síntoma natural más de que las cosas van bien. También puede ser que hayas notado un ligero dolor en el abdomen, son contracciones que presionan tu útero hacia abajo, para dar a tus pulmones y estómago un poco más de espacio.
En las últimas semanas de tu embarazo, sin duda tendrás la sensación de que tu cuerpo comienza a prepararse para el nacimiento de tu hijo.
Nutrición para las 35 semanas de embarazo
Hay una razón por la que los Omega-3 son llamados "ácidos grasos esenciales" y es porque participan en la estructura de las membranas celulares y, en particular, del cerebro. Actúan en la regulación del flujo de información entre las células, especialmente las neuronas, y son imprescindibles para una función inmune normal.
Todos los Omega-3 que comes pasan al cuerpo de tu bebé a través de la circulación fetoplacentaria. Encontrarás estos ácidos grasos "mágicos" en los aceites de linaza y canola, las nueces y el aceite de nuez, el germen de trigo y los pescados grasos como el salmón, las sardinas, el fletán y la caballa.
Acuérdate de ellos cuando aliñes tu ensalada y trata de comer algunas porciones de pescado graso a la semana (pero elige pescados pequeños, como sardinas, caballas y arenques, para evitar el riesgo de contaminación de mercurio).
Consejos para embarazadas
A medida que el embarazo prosigue, algunas mujeres se preguntan si serán capaces de dar el pecho. Debes saber que amamantar a un bebé es la cosa más natural del mundo. Tu hijo ya sabe exactamente qué hacer, porque ya ha practicado la succión en el útero. Y si alguna vez tienes dificultades para conseguir que mame, hay muchas ayudas que te pueden servir.
La leche materna es lo mejor que puedes darle a tu hijo; es un verdadero milagro de la naturaleza. A partir de la segunda semana aproximadamente, los bebés comienzan a engordar alrededor de 30 g al día tomando solo leche materna. Además, tu leche se ajustará automáticamente a las necesidades del bebé.
Al comienzo de la toma, la leche es fluida y acuosa con el fin de calmar la sed del bebé. Después se vuelve más espesa y más rica, para saciar su hambre. Si tu hijo desarrolla un apetito mayor, tu cuerpo se ajustará al cabo de dos días y producirá más leche. ¡Increíble!
¿Has oído hablar del Streptococo agalactiae? Se trata de un germen que puede estar en la fauna vaginal de la madre y no causar ningún problema, pero si está presente durante el parto puede llevar a que el bebé sufra una infección general que puede resultar muy peligrosa.
Por ello se realiza entre la semana 35 y la 37 de embarazo a todas las madres un cultivo vaginal a través de muestras tomadas en la vagina y el ano. Si la embarazada es portadora de este germen, se le administrarán antibióticos que eviten que pase de la madre al bebé.
Otro consejo es recibir la vacuna contra la gripe durante esta etapa del embarazo. Como se ha comentado en otras semanas, a lo largo de este tiempo la madre pasa al feto las inmunidades temporales derivadas de la administración de vacunas, por lo que si tu parto va a tener lugar en invierno es aconsejable tomar esta precaución.
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