13 tips de embarazo que nunca has escuchado
Ya confirmaste que esperas un bebé y comienzas a experimentar una montaña rusa de emociones y cambios físicos notables. Durante las primeras 12 semanas, esos cambios serán dramáticos.
Ya confirmaste que esperas un bebé y comienzas a experimentar una montaña rusa de emociones y cambios físicos notables. Durante las primeras 12 semanas, esos cambios serán dramáticos. Ahora debes pensar primero en ti y en el niño que se está formando en tu vientre.
Tu cuerpo está consagrado a construir el hogar dentro del cual se desarrollará el bebé durante los próximos 9 meses, y esto requiere mucha energía. Sigue fielmente las recomendaciones de tu doctor, quien ordenará exámenes físicos y te dará la fecha estimada del parto, además de asignarte los chequeos (por lo menos uno al mes) para verificar que todo marche bien.
Hacia la sexta o séptima semana de gestación, podrás escuchar los latidos del corazón del embrión. Eso hará que valgan la pena el cansancio y las náuseas tan comunes en esta etapa.
Sugerencias:
- Ensaya alguna técnica de relajación, como respiración profunda. Si practicas yoga, las posturas deben ser suaves y los movimientos, relajados. Los ejercicios de respiración te ayudan a controlar las náuseas.
- Sal a caminar. Una caminata corta y más bien rápida, de unos 15 minutos, te reanimará cuando te sientas exhausta.
- Haz lo mejor por comer balanceado y evita alimentos crudos, a medio cocinar o sin pasteurizar.
- Las famosas náuseas “matutinas” son el sello de este trimestre y pueden durar todo el día. Si no eres de las afortunadas que no las sienten, puedes aliviarlas comiendo raciones pequeñas y frecuentes, ni muy calientes ni muy frías.
- Inicia un ritual para establecer y afianzar el lazo con tu bebé. Respira profundo, comunícale tus sueños, tus esperanzas, tus objetivos. Descríbele en voz alta su estado de desarrollo (para guiarte, mira una foto o ilustración en un libro o en internet): que primero es una bolita de células que luego se irán diferenciando, que ahora su corazoncito comenzó a palpitar y hacia el final del trimestre se distinguen sus facciones y comienzan a desarrollarse sus extremidades.
- Empieza a escribir un diario, la bitácora de tu embarazo. No importa si no es una epístola por día; pueden ser un par de líneas de vez en cuando, pensando en que más adelante podrás compartirlas con tu niño, y tú mantendrás vivos tus recuerdos.
- Ten relaciones sexuales cuando te sientas dispuesta. Habla abiertamente con tu pareja al respecto porque los cambios hormonales te pueden producir fatiga y náuseas y esto disminuye el deseo sexual. Si tienes alguna inquietud, coméntala con tu doctor pero, en general, no hay ningún riesgo.
- Cuéntaselo todo a una hermana o una amiga, mejor si ya es madre o está embarazada: compartan sus temores y alegrías, experiencias y trucos para disfrutar al tope el milagro de vida que están experimentando.
- Pídele a tu pareja que te reemplace en algunos oficios de la casa que consideres pesados o, simplemente, déjalos pasar. Por un día que descanses no te va a caer el mundo encima. Disminuye el ritmo del trabajo cuando puedas, sube los pies a la mesa y toma una siesta reparadora de 5 minutos. Te la mereces.
- Cada semana, regálate un rato para ti: ve a cine o a cenar con tu pareja, llama a tu manicurista o ve a un spa a que te consientan con un delicioso masaje. Eso sí, evita los baños de tina calientes o los saunas porque suben tu temperatura corporal y pueden producir deshidratación, nada conveniente para el bebé en formación.
- Ve a desocupar la tienda de artículos para bebés. O a vitrinear, por lo menos. Antójate de todo, pero elige racionalmente el ajuar del bebé, teniendo en cuenta primero lo necesario y lo importante.
- Por último, no leas libros sobre el embarazo que te pongan ansiosa o nerviosa. Asesórate con tu médico o amigas de confianza para seleccionar lecturas que te preparen para la llegada del bebé y tu nueva vida.
Durante este tiempo, relájate y comienza a celebrar este gran milagro del que tú eres protagonista: la llegada de un hijo. Deja que tu corazón te guíe.
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