Importancia de los alimentos ricos en fibra para los bebés
La fibra es cualquier porción no digerible de la pared celular de una planta y tiene múltiples beneficios para los humanos en todas sus etapas. Aquí explicamos su importancia para los bebés y damos algunos ejemplos sobre alimentos ricos en fibra.
Importancia de los alimentos ricos en fibra
La fibra se define como cualquier porción no digerible de la pared no celular de una planta. El Instituto de Medicina la define como “carbohidratos no digeribles que están intactos en las plantas y que tienen efectos fisiológicos beneficiosos en los humanos”.
Hay varios tipos de fibra que tiene muchos efectos benéficos:
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Efectos a nivel intestinal, limitando la absorción del colesterol de la dieta, regulando los niveles de grasas en sangre
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Regula los niveles de azúcar en sangre
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Conserva la capacidad de retención de agua, haciendo las heces más voluminosas y blandas, mejorando el tránsito y reduciendo el estreñimiento
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Beneficios en la regulación del movimiento gastrointestinal tanto en diarrea como en constipación
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Efecto prebiótico estimulando el crecimiento de bacterias benéficas e inhibiendo la proliferación de bacterias patógenas.
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Efecto en la reducción de cólicos infantiles así como en el manejo y disminución de la constipación.
Requerimientos y alimentos ricos en fibra
Desde el momento que nace, el bebé recibe leche materna la cual cubre todas sus necesidades nutricionales. Cuando se mira la composición de los nutrientes de ésta, el contenido de fibra aparece como 0, sin embargo contiene una alta cantidad de oligosacáridos “Human Milk Oligosaccharides” (HMO), que son un tipo de azúcares que cumplen una función específica como fibra prebiótica, favoreciendo el crecimiento de una microbiota intestinal beneficiosa para el lactante.
Con el inicio de la alimentación complementaria a partir de los 6 meses, es necesario que adiciones fibra. Por esta razón debes dar alimentos como frutas, verduras, cereales integrales y leguminosas que aportan las diferentes clases de fibra mencionadas anteriormente.
Procura no iniciar en la alimentación complementaria jugos, caldos y preparaciones licuadas que modifican la fibra y minimizan su aporte.
De acuerdo con las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos para Mujeres Gestantes, Madres en Periodo de Lactancia y Niños y Niñas Menores de Años de Colombia, debes dar alimentos como frutas y verduras en preparaciones como purés, macerados o blandos, de 4 a 5 cucharadas diarias hasta llegar a las 4 onzas al año de edad. Procura darlos de 4 a 5 veces al día.
Los alimentos ricos en fibra derivados de cereales debes darlos en trozos que el niño pueda agarrar con la mano de 2 a 3 veces por día. Las leguminosas como el frijol, lenteja, garbanzo, arveja seca deben darse cocidos, machacados, combinados con cereales como el arroz, de 3 a 4 veces por semana.
Trata de ofrecer de todas las frutas algunas con semillas como granadilla, pitahaya, ciruelas, mandarina, naranja, kiwi; otras como mango, papaya, piña, durazno, manzana, pera, durazno, guayaba.
Así mismo, el aporte de verduras debe ser variado, tanto de crudas como cocidas: arveja, habichuela, brócoli, coliflor, zanahoria, ahuyama, frijol verde, tomate, lechuga, pepino, espinaca, acelga, apio, cebolla, remolacha, entre otras.
Los cereales integrales se caracterizan por retener las partes de la semilla y por lo tanto aportan una mejor fibra. Las puedes conseguir en alimentos individuales como el arroz o maíz integral o en productos elaborados como panes, galletas y pastas hechas con harinas integrales de diferentes cereales.
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Requerimiento de fibra y agua
No hay datos disponibles sobre la recomendación de ingesta de alimentos ricos en fibra para los niños menores de 1 año. De 1 a 2 años la recomendación es de 19 gramos al día.
Es muy importante tener en cuenta que no basta el consumo de fibra, también lo debe ser de agua, puesto que mantiene al organismo hidratado y hace que las heces sean más suaves y blandas.
En los primeros seis meses de vida la leche materna cumple con el aporte necesario de agua, a partir de ahí y con el inicio de la alimentación complementaria es necesario dar este importante nutriente.
Según las RIEN, a partir del 7 mes se deben dar 800 ml de líquidos, que equivalen a 7 onzas y entre los 1 y 3 años 1300 ml, equivalente a 43,5 onzas al día. En esta edad se ofrecen diversos líquidos, pero es recomendable que la mayoría de ellos corresponda a agua y a derivados lácteos, ofreciendo en cantidad limitada jugos y sopas.
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